ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS NATURALES: UN APRENDIZAJE DE LA ESCUELA PARA LA VIDA
Nicoll Dayana Caicedo A.
1629662-3491
Uno de los grandes retos que
atraviesa la educación en ciencias es la transformación del conocimiento, no
únicamente en aspectos disciplinares, sino con respecto a las ciencias como eje
para el desarrollo del ser humano. El desarrollo, identificado desde el
lenguaje como medio para ser parte de una sociedad, que se encuentra en
continuo cambio atendiendo a las necesidades de los diversos contextos y
acontecimientos, es por ello que no debemos concebir la educación como un
proceso estrictamente académico y que se desarrolla en un determinado momento,
sino como un proceso para toda la vida.
Aun con todos los esfuerzos por
resignificar el proceso de enseñanza-aprendizaje, hoy en día hay quienes
consideran que la educación, cumple con una serie de acciones estrictamente
ligadas a lo teórico-disciplinar que debe llevarse dentro de un aula de clase,
donde hay dos roles; el maestro que se encarga de transmitir conocimientos y el
estudiante quien los recibe.
Una de las razones por las cuales aún se tiene
una idea de la educación en ciencias como algo estrictamente del aula de clase
es porque su enfoque actual en el currículo del contexto colombiano está
dirigido a la alfabetización científica, tal y como lo expresa José Chamizo y
Yosajandi Pérez, la enseñanza de la educación en ciencias deberá estar enfocada
en alfabetización y al desarrollo de competencias, más que a la memorización de
datos, fechas o fórmulas. (Chamizo, J & Pérez, Y, 2017). Lo cual cobra
sentido, teniendo en cuenta que el currículo escolar actual que atiende a este
planteamiento enfoca sus esfuerzos en la inclusión de temas diversos como lo
son la historia y naturaleza de las ciencias, el quehacer científico invitando
a la reflexión de los estudiantes sobre qué son, cómo se hacen y quiénes hacen
las ciencias, así como la vinculación de todo ello con las problemáticas e
intereses de su propio contexto de vida (Hodson, 2008).
Este proceso de alfabetización,
aunque inicialmente fue un avance dentro del currículo, ya que se está pensando
en la labor de la educación en ciencias de educar y enseñar a los participantes
haciendo uso del código escrito, entendiendo este proceso según lo planteado
por la UNESCO y citado por López-Bonilla, G., & Fragoso, C. P. (2013) pág.
25, párrafo 3 del documento “Debates actuales en torno a los conceptos''alfabetización
``,''cultura escrita `` y''literacidad ``.Lenguaje y Educación, 23”, en ese contexto, alfabetización ya
hacía referencia a la capacitación de los adultos para participar de manera
digna como ciudadanos en el ejercicio de sus derechos. No obstante, en 1951, en
documentos de la misma UNESCO se consideraba que una persona alfabetizada era
aquella “capaz de leer con discernimiento y escribir una frase breve y sencilla
de su vida cotidiana”. Lo mencionado anteriormente invita a contemplar el
proceso de enseñanza y aprendizaje desde lo tradicional, haciendo uso de la
lectura y la escritura para entender los fenómenos científicos y sus
implicaciones en la vida cotidiana, sin embargo, en este proceso de alfabetización,
se desconocen aspectos ligados a la cultura, la tradición y los saberes
diversos que derivan de la enseñanza en ciencias, es por ello que surgen
postulados y estudios que abarcan de manera más integral los procesos que se
llevan a cabo en la educación en ciencias, dentro y fuera de las aulas de
clase.
De estos estudios, surge un concepto
que sí bien hoy en día muchos desconocen o suelen confundirlo con la
alfabetización, se centra más en la cultura escrita, entendiendo esto como la
inmersión de la lectura y la escritura como una práctica social, desde todos
los campos de acción y en todos los momentos de la vida, desligando entonces la
concepción de que su uso está restringido a la educación y a la escuela. La
literacidad, según lo expuesto por Kleiman, Á. (2021). pág. 69, párrafo 2 en el
documento Trayectorias
de acceso al mundo de la escritura: relevancia de las prácticas de literacidad
no escolares para la literacidad escolar. Enunciación,
26 “Para la perspectiva
identitaria, son de interés tanto las trayectorias singulares de los sujetos
que actúan como agentes de literacidad en sus comunidades de origen, como los
esfuerzos colectivos de inserción en la cultura letrada por parte de
determinados grupos impulsados por motivaciones políticas, económicas, sociales
o culturales, generalmente en trayectorias colectivas o individuales de lucha y
resistencia.
De aquí un ejemplo claro de la diferencia que existe entre la alfabetización y las literacidades, desde el campo de la enseñanza en ciencias naturales, se da cuando se aborda un determinado contenido de las ciencias naturales en clase, por ejemplo, un maestro de ciencias puede enseñarle a sus estudiantes todo lo relacionado con bioquímica y compuestos químicos desde los conceptos, sus definiciones hasta el funcionamiento y su uso. Sin embargo, es probable que estos mismos estudiantes, al momento de realizar una compra en el supermercado, no puedan leer la tabla nutricional de los alimentos que consumen, aunque los términos los entiendan y los sepan leer. Esto, ya que, desde la formación y estructuración del currículo, se desconoce la importancia de apropiar estos conocimientos y saberes fuera del aula en diversos contextos no escolares. Por el contrario, se restringe, dejando que únicamente un sector de la población, sea la encargada de manejar los conocimientos propios de un determinado fenómeno o situación. Es importante resignificar las formas de aprendizaje y la finalidad del mismo, sí bien existen profesionales se que enfocan y utilizan sus esfuerzos en el estudio de un campo disciplinar en específico, esto no quiere decir que únicamente ellos sean los capacitados de manejar dicha información, entenderla y hacer uso de ella en contextos no académicos.
Si bien es cierto que la enseñanza de las ciencias tiene un impacto visible dentro del aula de clase, no se deben desconocer los otros escenarios donde constantemente los individuos hacen y están inmersos en las cuestiones relacionadas a la ciencia, desde aspectos cotidianos como lo son la preparación de alimentos hasta aspectos más formales de las ciencias como lo son la investigación, la toma de decisiones de carácter socio-político e incluso en temas ambientales y culturales, como lo mencionaba la autora Ángela Kleiman, “En el ámbito académico, se sostiene que la adopción de la concepción de literacidad en la enseñanza implica una comprensión amplia de la lengua escrita, de modo que se incluyen las prácticas de leer y escribir en la vida social. Esto, por supuesto, tendría implicaciones metodológicas y curriculares para la alfabetización y la enseñanza de la lengua escrita en general. (Kleiman, Á, 2021).
Bibliografía
Chamizo, J. A., & Pérez, Y. (2017). Sobre la enseñanza de las ciencias
naturales. Revista Iberoamericana de Educación.
Hodson, D. (2008). Towards Scientific Literacy: A Teachers’ Guide to the History, Philosophy and Sociology of Science, Rotterdam: Sense Publishers.
Kleiman, Á. (2021). Trayectorias de acceso al mundo de la escritura: relevancia de las prácticas de literacidad no escolares para la literacidad escolar. Enunciación, 26. 16911-Texto del artículo-98009-3-10-20210521.pdf
López-Bonilla, G., & Fragoso, C. P. (2013). Debates actuales en torno a los conceptos “alfabetización”,“cultura escrita” y “literacidad”. Lenguaje y Educación, 23. Libro Lenguaje Y Educacion-with-cover-page-v2.pdf
Rodríguez, F. P. (2007). Competencias comunicativas, aprendizaje y enseñanza de las Ciencias Naturales: un enfoque lúdico. Revista electrónica de enseñanza de las ciencias, 6(2), 275-298.
Realizas muy buenas conexiones entre los conceptos de alfabetización y literacidad con tu campo de formación. Los ejemplos que utilizas son claros y dan buen contexto para explicar la oportunidad y responsabilidad que tendrían los profesores de ciencias para trabajar la literacidad para la vida :)
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